Integración socio-afectiva

12/03/20

Muñecos que representan diferentes razas

 

Con el fin de facilitar la integración en el grupo-aula de este tipo de alumnado deberíamos tener en cuenta una serie de aspectos:

  • Procurar que el tutor/a sea un referente para el alumnado con el que comparta una calidad de tiempo suficiente para establecer un vínculo positivo.
  • Situar al alumno/a próximo al docente para facilitar la comunicación (tanto verbal como no verbal).
  • Mantener contacto visual con el alumno/a, aún cuando no comprenda, para que perciba que se le está prestando atención.
  • El docente debe de hacerle alguna pregunta sencilla de vez en cuando para motivarle a participar en las clases. Al principio será suficiente un gesto de asentimiento o negación como respuesta para seguir invitándole a participar en mayor medida, pero sin forzarle ni violentarle. Se debe respetar su período de adaptación y “período silencioso” si lo hubiera.
  • Adaptar las tareas a las posibilidades del alumno/a. Cuando las tareas que tienen ante ellos son difíciles y largas los niños se despistan, por eso sería conveniente fragmentar las tareas y asegurarnos de que los niños/as han entendido lo que se les pide que hagan.
  • Procurar que el alumno/a no esté situado cerca de lugares que dispersen su atención: al lado de la ventana, cerca de la papelera...
  • Procurar una atención individualizada. Disponer, si es posible, de un breve espacio de tiempo para que el tutor/a se interese por sus dificultades, problemas o inquietudes personales; así el niño/a posiblemente acudirá al tutor/a en busca de ayuda en caso de que fuera necesario.
  • El tutor/a podría pedirles a un grupo de compañeros/as que en los recreos intenten integrar en sus juegos al alumno/a recién llegado. Si el tutor/a les implica, estos le prestarán más atención y le ayudarán a que conozca tanto las reglas del juego como los usos y costumbres de interacción social.
  • Cuando se hacen actividades grupales, dejarle elegir el grupo en el que desea integrarse. Propiciar, en la medida de lo posible, sentarle cerca de esos compañeros/as en clase. Si el docente propicia el acercamiento seguramente habrá cierta probabilidad de que estos se conviertan en sus amigos/as.
  • Promover en los centros actividades interculturales para favorecer la inclusión: desayunos interculturales, comidas del mundo, elaboración de murales con diferentes aspectos de la cultura del alumnado de incorporación tardía, etc.
  • A nivel curricular, incluir aspectos relacionados con la experiencia del alumnado: pedirles que nos enseñen a saludar en su lengua materna, trabajar aspectos de su cultura, religión, paisaje... 
  • Comparar (encontrar similitudes y diferencias) entre la cultura del país de origen del alumnado con la del país de acogida para favorecer el conocimiento mutuo.