
El menú diario justo al volver del recreo varía según el día de la semana. Después de lavarse las manos cuidadosamente y secarse con la toalla individual que llevan a casa los viernes, colocan sus manteles individuales en las mesas, donde los niños y niñas disponen sus botellas de agua y su comida.
El lunes, pueden disfrutar de galletas como una opción dulce y crujiente; el martes, se anima a los niños y niñas a traer un bocadillo, preferiblemente de pan y con relleno salado; el miércoles, se fomenta la ingesta de frutas para obtener vitaminas y fibra; el jueves, los niños y niñas pueden llevar lácteos, como yogur o queso, para obtener calcio y otros nutrientes importantes; finalmente, el viernes, es el día en que se les anima a traer su comida favorita.
El objetivo de este menú diario es introducir alimentos variados y fomentar una alimentación saludable sin alimentos procesados. Al compartir estos momentos con los diferentes alimentos en el aula, los niños y niñas se hacen conscientes de la importancia de una alimentación equilibrada y aprenden hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana.
