Historia

Orígenes

Un real decreto de 5 de noviembre de 1887, creó en España siete Escuelas de Artes y Oficios, en Alcoy, Almería, Bejar, Logroño, Santiago, Villanueva y Geltrú y Gijón. Para organizar esta última se nombró una comisión que formaron los señores don Acisclo Fernández Vallín y Bustillo, consejero de Instrucción Pública; don Alejandro Alvargonzález, alcalde de Gijón, y don Félix Goicoechea, director del Instituto de Jovellanos. Gracias a esta comisión la nueva escuela gijonesa tendrá una peculiaridad que la diferenciará de las demás de España. Además de las enseñanzas de peritaje, se impartían unas enseñanzas para aprendices en las que se combinaban la instrucción primaria junto con la enseñanza de un oficio, así como enseñanzas de corte y confección para mujeres, de esta manera nacía en España, y concretamente en Gijón, lo que andando el tiempo se conocería como la Formación Profesional.

La escuela de Artes y Oficios fue evolucionando a lo largo del siglo XX y recibiendo distintas denominaciones, como Escuela Superior de Industria (1900), Escuela Industrial (1911), etc. Con el Estatuto de Enseñanza Industrial se convierte en 1924 en Escuela Superior de Trabajo, que a su vez, tendrá en su seno la Escuela Elemental de Trabajo para la enseñanza de aprendizaje. De esta manera ininterrumpida, siempre hubo aprendices en la escuela de Gijón. En 1942 la Escuela Superior de Trabajo pasa a denominarse Escuela de Peritos Industriales, y en 1955 la Elemental de Trabajo viene a ser Escuela de Maestría Industrial. Dos años más tarde se conceden a las dos escuelas diferentes órganos de dirección, pero bajo un mismo Director.

Para separar ambas enseñanzas, que hasta entonces habían compartido un mismo edificio, se construye de nueva planta una Escuela de Maestría Industrial cuyas obras terminaron en 1969. Trasladas las enseñanzas de maestría a su nueva sede, tendrá lugar la solemne inauguración coincidiendo con la inauguración del curso 1970-71.

 

Con la entrada en vigor de la nueva ley de educación, el centro se denominará Instituto Politécnico Nacional (1975) y más tarde Instituto Politécnico de Formación Profesional (1980). Con motivo del centenario de la creación de la Escuela de Artes y Oficios de Gijón, el 21 de diciembre de 1987 el Consejo Escolar acordó que llevase el nombre de "Fernández Vallín", lo que fue otorgado por orden del Ministerio de Educación de fecha 19 de julio de 1988 (B.O.E. de 5 de septiembre).

 

La inauguración

Los actos comenzaron el día 22 de octubre de 1970 a las doce de la mañana, con una misa en la capilla del centro oficiada por el arzobispo doctor don Gabino Díaz Merchán, quien luego bendijo las instalaciones en presencia de las autoridades asistentes al acto.

 

Posteriormente en el Salón de Actos tuvo lugar el acto académico, pronunciando unas palabras el Director de la Escuela don Ángel Melendi Toyos, el alcalde de Gijón don Carlos Méndez Cuervo y el gobernador de la provincia don José Manuel Mateu de Ros. La lección inaugural estuvo a cargo de don Ramón Losada, Catedrático de Álgebra Lineal de la Escuela de Ingenieros Superiores Industriales de Bilbao, quien por su cargo de Inspector General de enseñanza profesional disertó sobre la nueva estructuración de los estudios de Enseñanza Profesional a la luz de la nueva Ley de Educación, poniendo de relieve la necesidad de ampliar las especialidades y categorías profesionales. Indudablemente el nuevo centro nacía con la misión de poner en marcha el nuevo Plan de Formación Profesional contemplando en la reciente ley.

 

El XXV aniversario

La ceremonia tuvo lugar a las 12 de la mañana del día 17 de noviembre de 1995 (aniversario del nacimiento de Fernández Vallín)  y estuvo presidida por los Ilmos. Señores: D. Vicente Álvarez Areces, Alcalde de Gijón y D. José Luis Montes, Director Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, acompañados del Jefe de Programas Educativos, Sr. Fonseca y del director del centro D. José Luis Villanueva Vázquez. Asistió al acto numeroso público, entre profesores, alumnos y familiares y descendientes de Fernández Vallín y Justo del Castillo, entre quienes destacaban Dª María Dolores Faes Villaverde, señora viuda de D. Enrique Álvarez-Sala, sobrina bisnieta de Fernández Vallín, acompañada de su hija Dª Silvina; y D. Manuel del Castillo Rodríguez, bisnieto de Justo del Castillo, mantenedor del premio de su nombre, acompañado de su esposa Dª Elena Nieto.

Previamente se procedió a destapar una placa de bronce en la fachada exterior del centro alusiva a la historia del Instituto y luego en el Salón de Actos el Director pronunció unas palabras de bienvenida. El Profesor del centro D. Agustín Guzmán Sancho tuvo la satisfacción de hacer una breve síntesis de las historia de los premios, y el Sr. Secretario D. Ángel Marino, procedió a la lectura de los galardonados, que se acercaron a recoger sendos diplomas. En primer, lugar los alumnos más sobresalientes en el área técnico-práctica de sus respectivas especialidades recibieron los premios Justo del Castillo, siguiendo la entrega de los premios Fernández Vallín 1994 y 1995 respectivamente.

 

Pronunciaron unas palabras los representantes del Ministerio de Educación y del Municipio, quien cerró el acto. A continuación se procedió a descubrir en el patio interior un busto de Fernández Vallín, obra del escultor gijonés D. Julio Obeso. Y por último se obsequió a los presentes con un vino español en la cafetería del centro.

 

Acisclo Fernández Vallín

Acijsclo Fernández Vallín y Bustillo nació en Gijón el 17 de noviembre de 1825. Cursó estudios en el Instituto de Jovellanos, logrando el expediente más brillante de la historia de este centro. Más tarde ocuparía en él una plaza de profesor auxiliar de matemáticas. A los 22 años logra la cátedra de esta materia del Instituto de Valladolid, ciudad donde contrae matrimonio con doña Laureana González Soubrié. En 1850 se traslada a Madrid, ocupando la misma cátedra del instituto conocido por Noviciado. Nombrado director le cambiará el nombre por el que actualmente lleva de Cardenal Cisneros, impartiendo clases también en el colegio del Rosario. En 1877 fue nombrado Consejero de Instrucción Pública. Dedicado entonces a la mejora de la enseñanza en cuerpo y alma, viajó por el extranjero siendo uno de los principales precursores de la pedagogía comparada en España. Fue el primero que aplicó a la enseñanza el método estadístico, con el que logró rebatir al sabio francés J. Manier, que en su trabajo sobre la Instrucción Popular en Europa colocaba a España en último lugar junto a Grecia y Turquía. Vallín demostró que no era así, aunque tampoco estuviera de las primeras. Publicó numerosas obras de instrucción y su manual de Matemáticas ha estado vigente hasta hace unos años. Fue secretario de la comisión de Relaciones Exteriores entre España y las Republicas de América; de la Sociedad Geográfica de Madrid; y presidente del Centro Asturiano de Madrid; miembro de la Academia Gaditana de Letras, correspondiente de la de la Historia, y el primer asturiano que ocupó un asiento en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Su discurso de ingreso titulado Cultura científica de España durante el siglo XVI, ha sido reeditado con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América. Francia le otorgó el diploma de Oficial de Academia con las palmas de plata, y más tarde le nombró Oficial de Instrucción Pública con las palmas de oro. En su patria, el Rey Alfonso XII le otorgó la Gran Cruz de Isabel la Católica. Murió en Madrid el 25 de mayo de 1895, dejando en Gijón una fundación para niñas huérfanas que llevará el nombre de Santa Laureana.


 

Justo del Castillo

Nació en SAntander el 28 de mayo de 1841. Obtuvo en Madrid el título de Ingeniero y en 1865 dirigió algunas obras del ferrocarril del Noroeste, lo que determinó su afincamiento en Gijón, donde contrajo matrimonio. Ya de mayor obtendrá el título de Perito Químico. Perteneció a la primera logia masónica creada en Gijón, llamada Amigos de la Naturaleza y Humanidad. Fue concejal del ayuntamiento gijonés durante la República. Hombre de carácter emprendedor, defendió la construcción del Puerto del Musel, frente a los que defendían otros intereses locales. Construyó el primer balneario de la ciudad, llamado Las Carolinas, lo que impulsó de manera notable el turismo veraniego de la villa gijonesa. Su profunda inquietud intelectual le llevó a hacer importantes hallazgos arqueológicos, explorando en 1874, la cueva La Vieja en Peña Parada, Quirós (Asturias), y descubriendo la cueva de Coyubil mucho antes que lo hiciera el conde de la Vega del Sella. Interesado por el progreso de la clase obrera colaboró impartiendo clase como socio del Ateneo Casino Obrero de Gijón. Profesor de mecánica industrial en el instituto Jovellanos, será nombrado, el 25 de noviembre de 1887, director de la recién creada Escuela de Artes y Oficios de Gijón, tomando posesión el día 9 de diciembre siguiente y siendo elevado en 1892 a la categoría de Delegado Regio. Llegó a ocupar simultáneamente la dirección de los tres centros gijoneses; Escuela de Artes y Oficios, Instituto Jovellanos y Escuela de Comercio. Murió en Gijón el 19 de enero de 1912.

 

 

Bibliografía:

-  GUZMÁN SANCHO, Agustín, Instituto Politécnico de Gijón: cien años de Formación Profesional, La Industria, Gijón, 1988.

-  Íd. y SANCHO FLOREZ, José Gonzalo, El Instituto de Jovellanos, Apel, Gijón, 1993.

-  GUZMÁN SANCHO, Acisclo Fernández Vallín (Consejero de Instrucción Pública), Taller de Artes Gráficas del M.E.C., Roces, Gijón 1994.

 

-  Íd. Justo del Castillo: el Gijón vivido; prólogo de Luis Suárez Fernández, Madrid, 1997.