El proyecto KA122 "Raíces profundas. Modelos de producción agraria para el asentamiento y fijación de población rural" está financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea. El contenido de esta página de difusión es responsabilidad exclusiva del IES LUCES y ni la Comisión Europea, ni el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE) son responsables del uso que pueda hacerse de la información aquí difundida.

 

 

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El proyecto de ERASMUS+ "Surcos", ejemplo de buenas prácticas.

El proyecto de ERASMUS+ "Surcos", ejemplo de buenas prácticas.

26/06/21

El SEPIE (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación) nos distingue como ejemplo de buenas prácticas KA102 entre otros proyectos europeos de mérito.

Raras veces alguien repara en lo que se hace con ilusión y constancia y te lo reconoce. Puede parecer magra recompensa, pero sin embargo sienta de fábula porque anima a continuar y, sobre todo, a intentar hacer las cosas bien. En nuestro caso, el SEPIE (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación) presenta amablemente nuestro último proyecto ERASMUS+ como ejemplo de buenas prácticas. Si nos atenemos a la acogida recibida por parte de los estudiantes, el recuerdo que guardan de la experiencia y el desarrollo de las movilidades diremos que no se equivocan. Tal es así, que los mismos que diseñaron y prepararon el proyecto anterior, a esta hora están afanados en el desarrollo del siguiente. Buena señal.  A todos aquellos que se están planteando formular sus propuestas europeas les diremos que los trámites no son insalvables y que la dedicación que la empresa requiere es razonable y asumible. Además, las compensaciones bien lo merecen. En nuestras últimas experiencias hemos conocido alumnos y docentes muy valiosos, con inquietudes personales y profesionales interesantes que nos han acogido, y a quienes hemos acogido con la hospitalidad que se les supone a conciudadanos europeos de bien que se reconocen entre ellos, sin que el idioma, el origen, las particularidades o el color de las banderas supongan un escollo para trabajar juntos en un proyecto común que repercute en provecho de toda la comunidad, loable ideal al que me temo que resignadamente hemos renunciado de fronteras para adentro. En fin. Como ciudadanos españoles le debemos la gratitud que merece a la Comisión Europea por la iniciativa, el apoyo y la financiación. Así que gracias por reconocer nuestra insignificante pero entusiasta contribución